UN TEMA INELUDIBLE PARA MEDIADORES EN EL DÍA EUROPEO DE LA MEDIACIÓN

UN TEMA INELUDIBLE PARA MEDIADORES EN EL DÍA EUROPEO DE LA MEDIACIÓN

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En MAE MEDIACIÓN celebramos el día europeo de la MEDIACIÓN, 21 de enero, con un tema ineludible para los MEDIADORES.

Y para ello, hemos elegido uno de los trabajos de los alumnos de la reciente EDICIÓN 2021/2022 DEL CURSO SUPERIOR DE MEDIACIÓN Y NEGOCIACIÓN que ha tenido lugar en el Cámara de Comercio de Avilés. Como dice CECILIA BLANCO MUÑIZ en su trabajo «…se parte de la importancia que tiene el desarrollo y crecimiento personal en la formación de los/as mediadores/as. Entre las distintas escuelas de mediación existen algunos enfoques que consideran o al menos denotan, la necesidad de incluir dicha dimensión para fomentar las cualidades de la persona que media. Se centran en propuestas de técnicas de crecimiento personal para aplicar en las formaciones de mediación…»
Compartimos su trabajo que podéis leer a continuación:

ACERCAMIENTO AL AUTOCONOCIMIENTO DE LOS MEDIADORES Y PROPUESTAS PRÁCTICAS

Cecilia CBM. Blanco Muñiz

Trabajadora social,
socióloga,
madre,
mediadora,
máster en análisis del discurso,
practicante de yoga y estudiosa del tema,
capacitada para la instrucción en yoga.

“Aquellos que sueñan de día comprenden muchas cosas que escapan a los que sueñan solo de noche”
Edgar Allan Poe

BREVE INTRODUCCIÓN
Este trabajo quiere hacer referencia a un asunto que se ha mencionado a lo largo del curso, y de lo cual no se ha hablado explícitamente. Sin embargo, indirectamente se ha hecho mención en casi todas las sesiones. A lo largo de la formación se ha comentado que a la sesión de mediación hay que acudir con la mente limpia, estar en buenas condiciones, e incluso en paz. También se ha hablado de flexibilidad, empatía, escucha activa… De todo ello hay una parte técnica que es fundamental que conozcamos pormenorizadamente y nos familiaricemos con ella para poder utilizarla de la forma más adecuada. Ello es lo que da estructura al método de la mediación. De fondo, existe un trabajo interno de observación de una misma, de descubrimiento y de aceptación de la realidad del momento presente para poder acompañar a otras personas en ese proceso.
La mediación como lugar de encuentro, como espacio de comunicación creativa a la búsqueda de respuestas no violentas a las dificultades y conflictos que surgen inevitablemente en el vivir, debe estar cargada de toda la experiencia posible a nivel interior de la persona que media.
Revisando documentación existente sobre esta forma de encarar la mediación, me he encontrado con diversas escuelas o modelos. De entre ellos hay algunas que hacen referencia a este tema, siendo éstas enmarcadas en lo que son denominados modelos de desarrollo personal.
Desde la diversidad de modelos sensibles al tema, se parte de la importancia que tiene el desarrollo y crecimiento personal en la formación de los/as mediadores/as. Entre las distintas escuelas de mediación existen algunos enfoques que consideran o al menos denotan, la necesidad de incluir dicha dimensión para fomentar las cualidades de la persona que media. Se centran en propuestas de técnicas de crecimiento personal para aplicar en las formaciones de mediación.
Existen por ejemplo las que utilizan técnicas concretas como el eneagrama. Esta herramienta se basa en nueve personalidades referidas como eneatipos y cada uno de ellos actúa de una forma específica en el proceso de mediación según sus rasgos personales. La principal contribución de este trabajo es descubrir, a través del análisis de las fuentes seleccionadas, cómo potenciar el eneagrama en la formación de los mediadores.
Desde el enfoque de la terapia Gestáltica, se considera que la persona que media, desde este enfoque, puede comprender a los mediados de forma particular porque detecta lo que está pasando en realidad, más allá de lo que aparentemente se discute. Esta comprensión le dará una perspectiva global del conflicto, facilitará la visión de las necesidades reales en juego, y detectará los mecanismos que usan para desconectarse de ellos mismos y que les impide ver con claridad. Trabajar de forma personal estos mecanismos que nos alejan de la realidad del momento, nos permitirá detectarlos con facilidad y saber cómo limar las barreras que se crean en la formación del conflicto.
Existen pues diferentes escuelas de terapia que paralelamente realizan trabajos en mediación o resolución pacífica de conflictos y no son pocas.
Otras escuelas tratan de proponer la inclusión del Modelo de Desarrollo Personal como una forma de atender transversalmente al proceso de formación. Desde ahí se pretende que en vías de formarnos en mediación y mejorar nuestra participación desde este contexto profesional, lo primero que debemos hacer es darnos cuenta de cómo somos. Sólo así sabremos qué nos agrada o desagrada de nosotros/as mismos/as y de las interacciones humanas en las que nos vemos enfrentados cotidianamente. Ello es considerado como fundamental para esta visión, a la hora de realizar trabajos de mediación. La manera en que se llega a acceder a toda esa información es a través de diversas técnicas en función de la escuela que lo proponga.
Todo esto tiene relación con lo que se considera una insuficiencia que presenta el hecho de sólo alcanzar el dominio técnico o teórico de lo que constituye la formación en mediación, aún cuando introduzcan acciones prácticas. Tengo la firme convicción de que este eje de la formación de los mediadores no se puede dejar arbitrariamente al azar o suponerlo a partir de la formación de base con la que cuentan hoy en día quienes practican la mediación.
Es en esta línea de interés, en la que se vuelve importante atender de forma disciplinada este aspecto de la formación. Es decir, no sirve hablar de la flexibilidad, por ejemplo, para que la persona que se forma como mediadora sea flexible. Tampoco se procesa cognitivamente el ser flexible que podemos ser, sin vivenciar la flexibilidad por nosotros mismos. Lo mismo sucede con otros aspectos del perfil que debe tener un/a mediador/a, tales como, ser confiable, neutral, empático/a, perceptivo/a, respetuoso/a de la diversidad, paciente, hábil en la comunicación, entre otros aspectos.
Existe algo común en todas estas perspectivas o modelos; el hecho de practicar y de experimentar a través del trabajo tanto grupal como individual, lo que significa profundamente la base de la mediación. Desde los pilares más básicos como son la voluntariedad, la confidencialidad, la imparcialidad/neutralidad y flexibilidad. Conceptos que a priori se nos pueden antojar sencillos y que de forma breve y concisa se pueden explicar pero poseen una gran carga de profundidad en su contenido.
En mi opinión en una formación al uso sobre mediación no es posible realizar un acercamiento profundo a este asunto por una cuestión obvia de tiempo. Pero así como se muestran las técnicas y el trabajo metodológico para entender en qué consiste la mediación, considero interesante que se le dé por lo menos una visibilidad explícita a este asunto y al menos, realizar alguna experiencia y propuestas concretas que puedan facilitar la puesta en práctica en la rutina de la mediación de este tipo de trabajo. También el poder despertar en el grupo de formación la inquietud hacia esa forma de trabajar centrada en uno/a mismo/a, y que eventualmente se pueda decidir libremente de qué manera llevarlo a la práctica, o a través de qué modelo o escuela si es que les resulta de interés.

APROXIMACIÓN DESDE EL YOGA
Me voy a centrar aquí en una propuesta desde el yoga, como consecuencia de ser practicante y estudiosa de la tradición yóguica clásica.
El yoga es una enseñanza milenaria que se supone nace en el valle del Indo y que recoge tradiciones muy antiguas. El gran compilador y sistematizador de esta enseñanza es el sabio Patanjali. Patanjali es conocido en su faceta de conocimiento del yoga, de la medicina ayurvédica y de los tratados de gramática sánscrita. Los tres aspectos están muy relacionados pues analizan las interrelaciones entre el habla, la mente y el cuerpo.
Del habla, de la mente y del cuerpo, trata el curso de mediación. A través de una mente abierta y desapegada contactamos con una realidad conflictiva, para con la ayuda de la herramienta comunicativa favorecer que esta fluya entre las partes. El cuerpo es de vital importancia pues es el que nos permite el ejercicio de la presencia, a través del cual la comunicación es más adecuada al instante en el que se produce. Además, también nos transmite mucha información sobre cómo se encuentra la persona mediada más allá de lo que dice. Más allá de sus palabras, el cuerpo también habla tal y como hemos estudiado en este curso.
Retomando al sabio, mencionar que es entre el siglo III ac. y el II dc. cuando se supone que se escribe el libro al que hacemos referencia: Los yogasutras de Patanjali. Se trata de 195 pequeños sutras, o aforismos, que con gran simplicidad concentran la esencia de lo que es el yoga clásico. Para poder profundizar en ellos, a lo largo de la historia ha habido grandes analistas o comentaristas que ayudan a ponerlo en contexto, a explicarlo a los nuevos lectores. Se encargan de descomprimir la densidad que cada uno de ellos recoge. Este trabajo filológico es de gran importancia pues a través de sus comentaristas, es como se puede entender un texto tan antiguo, profundo y denso. De hecho, existen comentaristas de los propios comentaristas. No sé lo que opinaría Patanjali sobre el hecho de que algunos de sus comentarios fueran más conocidos que su propio texto. De cualquier forma sea quien fuera Patanjali, si una o varias personas, si mujeres u hombres, la importancia de todo el trabajo reside en el conocimiento profundo que transmite.
Entre otros asuntos explica el camino yóguico a través de ocho pétalos o pasos. Este óctuple sendero no es de obligado cumplimiento ni es lineal. Se pueden realizar indistintamente pues no hay uno primero que nos lleve al otro aunque el orden sí que establece una lógica interna de base o raíz y de frutos, siguiendo la metáfora del árbol.
Hay quien dice, que Gandhi, practicando con vehemencia los dos primeros principios de yama, ahinsa (no violencia) y satya (verdad), alcanzó el estado de yoga.
Los ocho pétalos son los siguientes:
Yama: principios morales
Niyama: Observancias personales
Asana: posturas
Pranayama: respiración
Pratyahara: abstracción de los sentidos
Dharana: concentración
Dhyana: Meditación
Samadhi: estado de unidad o yoga

Los yogasutras no es el primer libro en el que se habla de yoga. Tenemos la tradición de la Bhagavad-Gita, que es una importantísima escritura sagrada hinduista que forma parte del océano épico del Mahabharata, y también el Samkhya Karika aunque muy posterior entre muchos otros.
De cualquier forma, y para lo que nos atañe, de forma muy reduccionista podremos decir que la búsqueda del Yoga es la búsqueda de la unión. Eso es lo que significa yoga, unión. Unión con uno mismo a través de la unión de la mente, el cuerpo y el espíritu.
La mediación promueve una cultura de la paz, del diálogo y la escucha en la resolución de conflictos que son, como sabemos, inherentes al ser humano. Considero que es muy complicado facilitar la construcción de paz si no se tiene dentro, si no podemos escuchar a los/las demás y si no nos escuchamos a nosotras/os mismas/os.
El yoga puede ser visto como una escuela de silenciamiento interior para aprender a escuchar. Escucharse interiormente para poder escuchar exteriormente.
Muchos autores reconocen la existencia de un vínculo básico entre la práctica meditativa y la mediación.
El yoga, a través de sus múltiples escuelas y visiones procura acceder al mismo lugar. Como si de una cumbre se tratara y para llegar a ella tuviéramos diversidad de veredas y caminos, así aparecen las escuelas. De un mismo texto nacen infinidad de interpretaciones y de un sistema filosófico que es a la vez un arte y una ciencia como es el yoga, la diversidad de multiplica.
Tengamos en cuenta que actualmente el yoga “está de moda”. Con ello quiero hacer referencia a que hay muchísimas “cosas” en el mercado que se venden utilizando la palabra yoga. También nos encontramos con infinidad de imágenes de lo que se supone que es o produce en el ser humano el yoga. La multiplicidad semántica se amplía infinitamente. Considero que todo ello provoca mucho ruido y aunque tengamos acceso a él, es difícil acceder a la pureza de su enseñanza.
Actualmente existe por ejemplo el llamado yoga con cerveza, donde las personas practican posturas (asanas) mientras beben cerveza. Pero al igual que en esta opción hay muchas otras tan rocambolescas o más y diversidad de productos asociados a él. No hay más que observar las llamadas tiendas de belleza donde un perfume te va a llevar al nirvana, o la asociación que se hace de seguros del hogar o de bancos, con bases esenciales del yoga y del ser humano como son la confianza, el tiempo para uno mismo, la paz interior, la serenidad… vamos, aquello que nos falta como sociedad y que a través de la compra de productos, nos va a llegar como por ciencia infusa.
Resumiendo podemos afirmar que en la actualidad, desde occidente, se ha importado toda una inmensa tradición ancestral y se ha envuelto con la mirada cultural de la actualidad. Por ello nos encontramos con muchísimas actividades en el mercado que dicen ser yoga o meditación. Todo está bien si la persona se siente bien, pero no olvidemos la profundidad y la complejidad que atañe al tema.
En la actualidad llevamos vidas frenéticas y yendo a una sesión semanal de yoga o mindfulness nos sentimos bendecidas por la meditación. Con ellas conseguimos ablandar nuestro elevado nivel de estrés, pero ello no significa que tengamos un estado de meditación. Para ello es precisa una absorción de los sentidos, una elevadísima capacidad de concentración y la gracia de ser bendecidos con ello, pues puede suceder o no. Esa es la magia del camino del yoga.
De cualquier forma y siguiendo la analogía de la montaña, a la cima se llega dando un primer paso. Además, en realidad no es la cima lo que importa sino el paso, el camino, el aprendizaje, la práctica.
Considero que en un curso de mediación sería interesante que se propusieran pequeñas técnicas o acercamientos, primeros pasos que pueden ser de gran ayuda para cada persona que lo lleve a cabo y, en el caso de acompañar mediando, para el mismo acto y las personas mediadas.
Como mi camino es el de esta práctica, me he atrevido a proponer lo que a continuación muestro desde la inspiración que ha creado en mí la formación que estamos llevando a cabo y lo que considero que podría ser de interés.
A continuación y sin ánimo de ser exhaustiva propongo una breve muestra aunque considero que este trabajo, no sólo únicamente en el ámbito del yoga, sino a través de multitud de actividades diversas dentro del autoconocimiento, puede ser de gran valor. Eso sí, en mi opinión, no se trata de ser consumidores de cursos sino practicantes. Humildes practicantes. Desde ahí realizo esta propuesta agradeciendo todo lo que me ha sido enseñado a través de mis queridos/as profesores y profesoras , así como a Guruji Iyengar.

PROPUESTAS PARA LOS MEDIADORES
Ejercicio de parar
Parar es cuestión de espacio y tiempo. Me gusta llamarlo parar y no meditar pues lo que propongo lo identifico más con ese nivel de significación. Sin embargo no quiero restarle importancia pues en los tiempos que corren parar es un atrevimiento y una osadía.
Para parar necesitamos espacio, por lo menos un metro cuadrado. Un territorio en tu casa para poder sentarte, ya sea en tu silla, en un cojín en el suelo, en una banqueta… un lugar donde podamos estar cómodos sin excedernos y con la columna elevada. Se plantea en tu casa como rutina diaria pero teniendo en cuenta la necesidad de ser flexibles en todo momento, para adaptarnos a lo que la realidad del instante en que vivimos nos propone. Por ello partimos de esa base, sabiendo que podemos realizarlo en una gasolinera en el medio de una autopista, en un banco mientras esperamos la salida del colegio de nuestra descendencia, en un bosque, o en la playa. No importa el lugar. Por mucho que se nos trate de vender el producto meditativo como algo con un diseño armonioso, mucho incienso y piedras unas encima de otras. Es obvio que el espacio condiciona la actitud y el estado de ánimo y que determinados espacios facilitan la introspección, pero por encima de ello está nuestra voluntad para conectar, nuestro propósito de ir hacia dentro. Una vez dentro, el decorado exterior se desvanece.
Necesitamos el tiempo, ese gran rival de nuestra era, ése que se nos escapa como agua en las manos. Tiempo para fijar un momento del día: antes del desayuno, al atardecer o por la noche. Estos son los mejores momentos del día pero teniendo siempre en cuenta que la prioridad se debe dar a la práctica. Es mejor practicar a mediodía que no hacerlo. Lo importante es sentarse, parar. Luego con el tiempo, el cuerpo busca su momento y cuadra con lo que los sabios, yoguis y yoguinis han ido proponiendo a lo largo de la historia. Es cuestión de práctica.
Una vez que tenemos el espacio y el tiempo sólo nos resta sentarnos. En silencio y quietud, atentos al ritmo por ejemplo de la respiración y con la atención en un punto del cuerpo. Hay cientos de técnicas a este respecto, por no decir miles. Se puede empezar por concentrarse por ejemplo en el corazón, en las fosas nasales, en el movimiento que provoca el diafragma al inhalar y exhalar…
Estar atentos a lo que sucede, desde nuestro centro. Aprendiendo a escucharnos, podemos escuchar sin tanta oscilación mental ni ruido interior. En un primer momento la idea es observar los pensamientos que vayan surgiendo como si los estuviéramos viendo en un cine. Permitir que tal y como vienen se vayan, sin apegarnos a ellos y sin darles fuerza. Sin querer seguir la película.
Puedes empezar con una breve rutina inicial de 5 a 15 minutos, para poco a poco ir escuchando tu cuerpo y dándole más tiempo en la medida en que te sientas cómoda. La prioridad es hacerlo, así que no te propongas grandes metas pues será más fácil que lo dejes en poco tiempo. Empieza y mantente sin avanzar en la duración hasta que no sientas que es el momento y que podrás comprometerte con el cambio.
Es probable que con el tiempo y que a medida que vayas observando la variabilidad de sensaciones, estados de ánimo, peculiaridades del momento…vayas siendo más respetuosa contigo misma. Más comprensiva. Aceptando tu cuerpo, cuidándolo, alimentándote adecuadamente, riéndote, abrazando a los que amas y diciéndoles que los amas, haciendo ejercicio físico de forma moderada, caminando por el campo, por la playa, perdiendo el tiempo, buscando la quietud, encontrando tu propia forma de encontrarte…

KIT DE SUPERVIVENCIA. Posturas recomendadas para relajarse .
Si sufres alguna molestia mientras las realizas, no fuerces. Si tienes alguna lesión en la columna, hernias o protusiones, tampoco lo practiques. Para ello recomiendo el asesoramiento personalizado de una persona debidamente formada y con una práctica personal acreditada .

1. BHARADVAJASANA
Siéntate en una silla con el respaldo a tu derecha. Levanta los brazos y eleva el tronco, los intercostales y el pecho. Asegúrate de que la columna esté bien estirada elevando bien de los brazos y comprobando que no aumentas la curvatura lumbar al hacerlo. Es una regla fundamental antes de girar las vértebras, crear espacio entre ellas utilizando los brazos y los músculos intercostales para conseguirlo.
Con la palma derecha presiona el asiento y con la muñeca izquierda crea una ligera tracción, manteniendo las manos abiertas para evitar que se cierren con fuerza y se cargue ahí tensión. Inspira y eleva la columna y gira sólo cuando espires sin permitir que la columna descienda. Durante la inspiración revisa la altura y gira al espirar. Repite cuatro o cinco ciclos de respiración y luego cambia de lado.
Puedes hacerlo varias veces con cada lado, siempre con números pares.
Vigila durante la práctica que no haya tensión en la cara, las mandíbulas, los ojos o el vientre.

UTTANASANA CON UNA MESA
Este ejercicio es ideal si has pasado mucho tiempo en posición sentada, si tienes la parte baja de la espalda cargada o si has estado trabajando en el campo. Es bueno para calmar las pulsaciones cardiacas.
Las mesas de la cocina suelen tener una buena altura para esta postura y también valen las mesas de oficina largas.
Coloca las piernas en posición vertical dejando los pies debajo de la mesa. Se rellena el hueco entre el vientre y la mesa con mantas hasta tener un buen apoyo bajo la zona lumbar. Es preferible poner también algo de altura en la frente para favorecer una mayor relajación y una correcta respiración.
En esta posición sólo hay que mantener las piernas firmes. Se consigue tensando los cuádriceps.
Cuando hay excesiva rigidez en el cuerpo es posible que esta acción te produzca dolor. Si no eres capaz de relajarte con las piernas firmes puedes permanecer en la postura con las piernas relajadas. Puedes estar 5 minutos.

SUPTA BADDHA KONASANA
Esta postura permite un magnífico descanso de los órganos genitales, excelente para el cuidado de la próstata en los hombres e ideal para las mujeres en periodo de menstruación.
Coloca los pies haciendo tope contra una pared. Las plantas de los pies estarán juntas y los dedos separados en el rodapié. Los pies tratarán de estar cerca del perineo. Deberás tener un almohadón bajo la columna que no sea muy grueso y una mantita para la cabeza. Dirige con tus manos la musculatura de las nalgas hacia los pies una vez tumbada con el fin de abrir el espacio entre las lumbares. Procura mantener el vientre relajado durante el tiempo que dure la postura. Quedará ligeramente hundido y expandido por la pasividad. Para salir de la postura acerca las rodillas una a la otra y gira hacia la derecha.
Si estás cómoda sin ninguna molestia, puedes estar entre 5 y 8 minutos. En tiempos largos es recomendable colocar un pequeño soporte bajo los muslos para que el vientre se relaje mejor y no sientas tanta apertura en las caderas. Puedes usar una mantita enrollada o cojines. Durante el ejercicio se pueden notar pequeñas molestias en las ingles por la apertura. Si son leves y puedes relajarte quédate, tus caderas se están movilizando.

SETUBANDHA SARVANGASANA
Esta postura es buena para problemas de ansiedad, depresión, dificultades respiratorias o deficiencias cardiacas. Es muy recomendable para las mujeres en periodo de menstruación.
Debemos poner altura bajo la espalda, haciendo coincidir el borde con la zona de los omóplatos. Los hombros deben descansar en el suelo y los pies se colocan a la misma altura que el soporte. Se puede sentir en la parte alta de la espalda un poco de rigidez y en ese caso tienes que ir relajando los músculos para que se habitúen a la forma. En la postura es importante que percibas el vientre y lo mantengas relajado. Si durante el ejercicio notas molestias en la zona lumbar debes salir de la postura y probar con la opción dos. En dicho caso, adapta la postura con una silla como se muestra en la foto. Esta adaptación no es conveniente realizarla durante la menstruación.

VIPARITA KARANI
Postura ideal para el descanso, favorece el sueño.
Busca un almohadón y rellena tu cuerpo entre el soporte y la pared para encajarte en la postura. Si te es complicado, eleva las caderas y desplaza un hombro y luego el otro en dirección al soporte como si caminaras con ellos. Esta maniobra sólo es eficaz si las caderas están levantadas. Una vez encajada, haz rodar los hombros en dirección al soporte abriendo así el espacio de los pulmones.
Durante la postura debes mantener el vientre relajado y respirar siempre en calma. Como el pecho está abierto te será más sencillo percibir la respiración.
Puedes permanecer entre 5 y 8 minutos . Para salir de la postura permanece unos instantes con las piernas cruzadas y a continuación cambia el cruce de las piernas. Si se te hubieran dormido los pies, muévelos varias veces arriba y abajo hasta despertarlos. Empuja luego la pared para que tu cuerpo retroceda y permanece en el suelo boca arriba antes de incorporarte de costado durante al menos 1 minuto. Si vuelves rápido puedes sentir mareo.

SAVASANA
Esta es la postura de la relajación que se suele hacer al final de las sesiones de yoga. Sava significa cadáver en sánscrito y asana postura. Es la postura del cadáver.
Es importante que el cuerpo esté recto en el suelo tumbado manteniendo cabeza, columna y piernas alineadas. Deja caer los brazos a ambos lados del tronco ni muy altos ni pegados al cuerpo, creando un ángulo de 35 grados respecto al tronco. Antes de dejarlos caer gira las palmas de las manos en dirección al cielo. De esta forma se abren más los hombros y el pecho. Después suelta completamente cualquier tensión, cualquier acción en ellos.
Los pies quedan ligeramente separados entre ellos, permitiendo que caigan al relajarse hacia los meñiques.
Permanece con los ojos cerrados y ve recorriendo el cuerpo y soltando cualquier tensión que te encuentres desde las piernas hasta los brazos pasando por la columna y terminando por la cabeza, verificando siempre el sosiego de los distintos grupos musculares.
A continuación, permite que la parte frontal de cerebro descanse sobre la parte posterior. Crea esta sensación como si el interior tuviera capas y estas fueran depositándose hacia la capa anterior. En este recorrido percibe la última capa, la del rostro con su piel y deja que se abra hacia los lados como si la piel se volviera líquida.
Observa en este proceso la calma de la respiración y su danza interna moviéndote suavemente.
Tiempo recomendado entre 5 y 10 minutos.
Vuelve de la relajación poco a poco, primero colocándote de costado acurrucada en posición fetal y permitiendo que los ojos se vayan abriendo. Cuando la mirada sea clara, será el momento de incorporarse sin volver a apoyar la espalda.
Es posible que te quedes fría en esta postura así que es recomendable taparse o abrigarse. También es interesante colocar un pequeño cojín bajo la cabeza o mantita doblada, pero nunca con la intención de dormirse sino de experimentar la relajación consciente sin evasión, permaneciendo en el cuerpo.
Todas las posturas de yoga tienen un nombre con un significado relacionado con la misma. En el caso de savasana, el compromiso con la inmovilidad debe ser el de un cadáver. Además, al regresar de la misma a través de la postura fetal, nos recuerda el renacimiento que provoca nuestra práctica. Hemos dejado atrás el pasado y volvemos a la vida con energías renovadas. Ya no somos la misma persona.
¡Buena práctica!

A continuación se muestran una serie de propuestas de cuidado que pueden ayudar a que las sesiones sean más productivas y se cree un clima relacional y comunicativo más adecuado para el buen desarrollo de la mediación.

PROPUESTAS PARA EL PROCESO DE MEDIACIÓN, CON LOS MEDIADOS

ANTES DE EMPEZAR LA SESIÓN
Cómo llegan
Vivimos en una sociedad cada vez más atareada con múltiples compromisos laborales, familiares y personales de lo más diversificados. Todo ello puede provocar estimulación y autovaloración por una parte, y por otra estrés y contaminación mental. Como sabemos y la ciencia neurológica ha ratificado, hay un cierto tipo de estrés positivo que mejora la concentración y nos estimula. Hay ciertos límites del mismo que empiezan a provocar justo lo contrario. La dificultad radica en saber cuándo hemos pasado el límite entre uno y otro, así como la forma de rectificar una vez que se nos ha escapado el control. En ocasiones, la dificultad está en descubrir cuándo mantener el necesario estrés para la realización de una actividad que es positivo en ella, y cuándo, al cambiar de actividad, éste ya no es necesario pero no sabemos cómo rebajarlo.
Todo ello sucede rodeado de estímulos que nos dispersan a través de pantallas que se han apoderado de nuestra rutina para bien y desgraciadamente en muchos casos para mal. A veces, el simple hecho de saber si estamos “estresados” de una forma negativa, es ya una gran dificultad pues no hay espacio para ser conscientes de ello. A veces vivimos como un cochero al que los caballos se le han descarriado y le llevan a su antojo sin capacidad de controlarlo. Con esa metáfora, siguiendo la tradición de la Bhagavad-Gita donde se propone, hacemos referencia a que la mente nos gobierne y nuestras riendas no sirvan para nada. Por ello es tan importante la disciplina interna para poder atenderla y controlarla.
El hecho de iniciar un proceso de mediación es probable que genere ciertos niveles de ansiedad, nerviosismo y estrés. Probablemente también ilusión, ganas y sensación de evolucionar hacia algo mejor y más positivo. Todo ello unido a la exigencia del día a día de las personas mediadas, provoca un cóctel emocional al que consideramos muy importante atender desde el principio de la sesión.

ACOGIDA individual
Creando un espacio de calma exterior que pueda motivar la salida de la rutina diaria. Que pueda inspirar a la persona mediada al abandono de los acontecimientos que se han sucedido a lo largo del día para poder conectar de la mejor forma con el presente.
La manera en que la persona es acogida es de vital importancia. Considero fundamental el agradecer y el hablar suavemente y con espacios de silencio, llevando el tema de conversación hacia algo irrelevante y a ser posible amable, positivo y risueño.

RESPIRANDO JUNTOS para la desconexión de lo que traen de su día.
El hecho de sentarse en una silla cómoda, poder beber algo de agua o una infusión caliente en invierno o un zumo natural en verano, puede ser un segundo momento de acogida. Desde aquí se puede preparar el momento conjunto de desconexión a través de la respiración conjunta con la persona mediada de forma guiada en por ejemplo 5 ciclos.
Informamos a la persona de que vamos a realizar una respiración conjunta para dejar fuera de la sala de mediación los acontecimientos del día y comenzamos. Si tiene alguna duda se la podemos resolver pero sin darle mucha importancia, pues se trata de un ejercicio muy sencillo y efectivo que nos va a ayudar mucho.
La inspiración se hace en 1 y la espiración en 1 pasando al segundo ciclo de nuevo con la inspiración. En este caso guiaríamos diciendo inspiramos 2, exhalamos 2. Así hasta 5 ciclos teniendo en cuenta la posible dificultad de la persona y observando en todo momento si para ella el ritmo que se ha propuesto es el adecuado. Poco a poco y siendo consciente de todo ello se puede ir ralentizado cada respiración un poco más, pero en todo momento sin forzar.

PREPARACIÓN para el encuentro grupal.
Se le informa de que a continuación se va a acudir a la sala de mediación y que se les va a explicar todo lo que necesiten detalladamente si se trata de la sesión informativa. Si es otra sesión se le puede poner en antecedentes sobre los objetivos o propuestas así como de las mejoras realizadas en anteriores sesiones de una forma tranquila, sucinta y amena.
En ningún momento se hablará del asunto que les trae a la sala de mediación hasta que no se entre en ella. Si surge o la persona mediada necesita decir algo, se emplaza para más tarde con mucha amabilidad y respeto, de forma que no se sienta represión sino que perciba que no es el momento.

ENCUENTRO
Retomando el trabajo iniciado en la preparación para el encuentro grupal, se pueden comentar los antecedentes relacionados con otras sesiones para de esta forma crear una actitud motivadora en las personas mediadas y empezar la sesión oficialmente.

AL TERMINAR LA SESIÓN

CÓMO SE VAN…y cómo volverán…
También la forma en la que salimos de una sesión va a repercutir en cómo nuestro cerebro recapitule y organice los acontecimientos. Por ello, atender a la realización de un buen cierre de la sesión me parece muy enriquecedor. Programar un momento específico de cierre para que no dé la sensación de improvisación ni de prisas por terminar, es muy importante. Además, la sensación de conjunto con la que se van, va a influir mucho en cómo elaborarán mentalmente el discurso de lo sucedido, así como el grado de satisfacción hacia el proceso. El hecho de sentirse cuidados/as y acompañados/as es fundamental en mi opinión, para la creación de un vínculo de confianza y seguridad necesario para el buen desarrollo de las sesiones.

CIERRE:
– Es importante dedicar un instante a explicar que se va a terminar la sesión, que ha sido todo por hoy. El hecho de agradecer y felicitar por las cosas positivas que han ido consiguiendo, así como por atreverse a que salgan temas que les pueden generar dolor. En mi opinión es interesante valorar tanto lo positivo, dándole mayor brillo, como lo que no lo es tanto, pues forma parte del proceso y no conviene negarlo. Además, a través de ello, de los más negativo, es como se logra acceder a los bloqueos que no les permite resolver el conflicto por sí mismos/as. Así conviene agradecerlo también, siempre que esté dentro del programa y de las reglas del funcionamiento del proceso.
– Recapitulación de los acontecimientos más importantes relacionados con los intereses que han podido surgir en la sesión, para que se puedan ir con ellos de una forma más clara y no con las rígidas posiciones de inicio.
– Tareas, si es que las hay, para la próxima sesión. Pueden ser más cualitativas o cuantitativas. El hecho de favorecer pequeñas tareas que den que pensar dentro del ámbito de las emociones, de la expresión de las mismas, del análisis calmado de los acontecimientos, de la distinción entre el problema y las personas… ¿qué tal darle las gracias a alguien que consideremos que se lo merece y no lo hemos hecho? No importa si se llega a realizar o no, importa realmente el esfuerzo mental y emocional que aparece en la persona a la hora de darse cuenta de los impedimentos que surgen al tratar de realizar tal acción: ¿a quién le doy las gracias? ¿por qué?¿cómo me siento al pensar en ello? ¿siento vergüenza o placer? ¿me atrevo a realizarlo o lo dejo para otro momento? si lo hago, ¿cuál es la sensación posterior y la devolución de la otra persona?
Pequeñas acciones pueden provocar grandes cambios si se realizan con consciencia. Por ello el papel de la mediadora puede favorecer la inspiración en este ámbito, siempre habiendo pasado previamente por ese proceso de autoconocimiento del que hablamos en este documento.
En este momento me parece adecuado que también se establezca la fecha y la hora del próximo encuentro.
– Acción de conexión con uno mismo (respiración). Me parece sugerente y significativo el hecho de finalizar respirando todos juntos, como se realizó en la acogida pero ahora con todo el grupo del proceso. Se pueden realizar el mismo número de respiraciones en torno a 5, de la forma explicada en la acogida. Una vez realizado se comprueba que todo está bien y se acompaña a las personas a la salida recordándoles la fecha del nuevo encuentro y deseando lo mejor hasta entonces.

FUENTES DE DOCUMENTACIÓN
Para la realización de la presente reflexión he utilizado los materiales y el conocimiento transmitido en el “Curso superior de título oficial de mediación” organizado por la Cámara de Comercio de Avilés y coordinado por Marta Antuña.
Los libros de BKS Iyengar que siempre son fuente de conocimiento e inspiración: “El árbol del yoga”, “Luz sobre la vida”, “Luz sobre el yoga” editados por Kairós.
JIMENEZ SUAREZ, O (2019). Conectados. Madrid, Mandala Ediciones
FERNÁNDEZ-CABALLERO PÉRE, M (2016). El eneagrama, una herramienta para la mediación. Madrid, Instituto motivacional estratégico. Revista de mediación.com Revista17-e6.pdf (revistademediacion.com)
IRRAZÁBAL LEIVA, M (2004). Modelo de desarrollo personal y mediación. Formación humana de los mediadores y aplicaciones para el autocuidado. Biblioteca Cejamericas. Microsoft Word – 5_med_formpacif_1_mirrazabal.doc (cejamericas.org)
MEJÍAS PUERTA, M (2013). Gestalt y mediación. AETG AETG | Recursos Gestalt

Para finalizar, añadimos que los mediadores tenemos una gran responsabilidad con los procesos de mediación y con los MEDIADOS, así que resulta esencial que haya un trabajo interior de autoconocimiento y evolución personal para desplegar nuestro mejor desempeño en la apasionante tarea de mediar.
También Pablo D´Ors nos lo recuerda en esta inolvidable entrevista de DIARIO DE MEDIACIÓN que compartimos también en esta entrada.https://www.diariodemediacion.es/pablo-dors-habla-de-la-relacion-entre-mediacion-y-meditacion/

Las imágenes que se pueden ver a continuación son de los alumnos en el citado curso de la Cámara de Comercio de Gijón y el día de su finalización el pasado 14 de Enero de 2022.


MARTA Y MÓNICA ANTUÑA EGOCHEAGA. Mediadoras.

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