28 Oct ¿ABOGACÍA MÁS CONSCIENTE?
Este mes de Octubre he comenzado a preparar un trabajo que me han encargado sobre el que aún no puedo decir nada sobre el dónde y el cómo se desarrollará, pero su contenido no es ningún secreto, pues son materias que trabajo día a día como profesional multidisciplinar de la comunicación humana.
Y precisamente esta idea del ELEMENTO COMÚN de mis servicios como PROFESIONAL MULTIDISCIPLINAR (abogacía tradicional o colaborativa, mediación extrajudicial y facilitación personal, profesional y empresarial a través del coaching) es la que ha inspirado este post del mes de Octubre que escribo.
Adelanto que hablaré de temas que quizás sorprendan n a un sector de la abogacía tradicional, que entusiasmarán a los facilitadores de comunicación (mediadores, coaches o mentores) y que gustarán a muchas personas o pocas personas (potenciales clientes).
También escribiré en este post sobre temas muy humanos: mi propia frustración como fuente de reflexión y avance.
Hace tiempo que compatibilizo el ejercicio de la abogacía tradicional con el ejercicio de la abogacía con nuevo paradigma, porque vivimos tiempos de cambio. No obstante no estamos en el arraigo de los efectos de esos cambios, sino en general en la etapa convulsa de implantación de esos cambios que siempre se desarrollan con intensas resistencias de lo caduco. Entre esos cambios puedo destacar: el liderazgo líquido en el mundo empresarial, los knowmads o trabajadores más demandados en un futuro inmediato, la revolución pacífica pero sin tregua de las mujeres, la realidad virtual y el interminable espacio tecnológico, las nuevas formas de familia, etc.
Así que como son tiempos convulsos voy con precaución y poco a poco. Es decir, no todas las personas están preparadas para los nuevos modelos, así que solo actúo con nuevo paradigma cuando percibo apertura y aceptación de mis clientes que llegan a comprobar los grandes beneficios de este trabajo.
Dentro de este nuevo paradigma, me ha llegado información sobre los “contratos conscientes” que profesionales estadounidenses como KIM WRIGHT Abogada integrativa y autora de los libros “Lawyers as peacemakers” y “Lawyers as changemakers” y LINDA ALVAREZ, Abogada integrativa y autora del libro “Discovering agreement” están desarrollando.
Gracias a un amigo inmerso en el Derecho Colaborativo, Jacobo Ducay tengo identificada la esencia de los contratos conscientes.
En resumen, intentan impulsar otra idea de las cuestiones legales entre las personas donde los PRINCIPIOS y los VALORES de las mismas son el fundamento de la contratación.
En realidad proponen que para confeccionar un contrato o un protocolo familiar es necesario realizar un PROCESO con las personas implicadas para descubrir:
¦SUS VALORES Y PRINCIPIOS
¦SUS NECESIDADES
Y a partir de ahí, definir el contrato que les unirá como proyecto colaborativo. Además en el contrato se incluirá el pacto en la gestión de posibles futuros conflictos en su interpretación, esto, es utilizar la negociación colaborativa en el futuro para tratar y solucionar los conflictos procurando el MANTENIMIENTO DE LA RELACIÓN y además satisfaciendo las NECESIDADES de todas las partes contratantes (WIN/WIN). Por tanto se descartan las cláusulas penales o otras “cláusulas-amenaza”.
A partir de este resumen, creo que la idea está bastante clara acera de la contratación consciente. Es decir, un contrato tradicional no contempla estos elementos y la forma de contratar se asienta en la aceptación de las condiciones que otro impone (sometimiento: o lo aceptas o no hay contrato) o de lo que se negocia (hemos aunado los intereses en igual proporción o con una mancomunidad descompensada en cuanto al reconocimiento de los intereses de los implicados), pero sin contemplar esta idea colaborativa desde la identificación y el descubrimiento de las necesidades y valores de cada contratante y el futuro también colaborativo para gestión conflictos que vayan a surgir.
Así que, tras un tiempo leyendo sobre la “contratación consciente” me puse a reflexionar sobre tres asuntos en los que mi trabajo era de NEGOCIACIÓN con otras partes.
Las tres personas tenían en común una necesidad que en uno de ellos no supe ver y ya no hay posibilidad de enmienda y de ahí la frustración que dije al principio.
Esta necesidad común para la tres era la de SENTIR SEGURIDAD CUANDO EL SESGO COGNITIVO, que tienen bastante parecido las tres, aparece.
El sesgo cognitivo surge cuando se sienten AMENAZADAS y sienten MIEDO porque atribuyen capacidades, intenciones y acciones a las ex pareja (en un caso) o familiares (en los otros dos casos) que pueden o no ser reales.
Es decir, sienten miedo y se sienten amenazadas en su SEGURIDAD que viven como gran necesidad en igual intensidad que la necesidad de protegerse.
Tienen encasillado al otro como causante de su actual y futura desdicha, así que sienten TEMOR, MIEDO y necesitan SEGURIDAD frente a la amenaza que representa el otro, al que hay que abatir, vencer, aniquilar o anular.
Así que el trabajo previo que se necesita hacer por sendos PROFESIONALES a los que nos han encargado la negociación es que con nuestra ayuda sean capaces de tomar consciencia de sus NECESIDADES y luego en la NEGOCIACION con el otro profesional descubrir las NECESIDADES también del otro que inicialmente solo puede ser visto como un AMENAZA o dicho de otro modo, salir de sus ensimismamiento y reconocer que el otro también tiene debilidades y NECESIDADES.
Evidentemente estoy hablando de un PROCESO previo para el que un ABOGADO con amplitud de PARADIGM , necesita, además, estar formado.
Algunos comentarán que ese no es nuestro trabajo, pero como conclusión de este post y desde mi punto de vista digo que están equivocados.
Un abogado es un profesional que además de saber la técnica jurídica y la ley ha de saber aplicarla buscando siempre el MAYOR BENEFICIO para su cliente.
Así que el abogado de este momento y del futuro ha de aprender herramientas de COMUNICACIÓN INTRAPERSONAL E INTERPERSONAL. Pues si no somos capaces de identificar algo tan esencial y básico como son las NECESIDADES Y VALORES de la persona con la que estamos trabajando, sinceramente, además de presentarse problemas de interacción entre abogado-cliente, pregunto ¿qué mayor BENEFICIO puede obtener un cliente que aquel que está ALINEADO con lo que más NECESITA y con lo que más VALORA ?
Ahí dejo el post para la reflexión.
Si los empresarios, los trabajadores, los profesionales precisan ser más conscientes, flexibles, «líquidos», mejores comunicadores, empáticos, asertivos, etc…
¿QUÉ PASA CON LOS ABOGADOS?
¿DEBEMOS SEGUIR SIN INCORPORAR MÁS CONSCIENCIA O SABIDURÍA O CONOCIMIENTOS EN COMUNICACIÓN?
¿NOS ADAPTAREMOS DE ESTA MANERA A LA DEMANDA DE ESTA REALIDAD HOY TAN CAMBIANTE?
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