30 Abr LA CULTURA DEL LAMENTO. Mediación, abogacía preventiva y coaching.
Hace un mes aproximadamente, llevé a mi perra al veterinario porque se había pasado la noche vomitando. Rubén es un magnífico profesional con evidente inteligencia emocional, pues no solo sabe desempeñar con rigor y acierto su labor con los animales que trata, sino que además es sensible y considerado a la hora de comunicarse con nosotros, los dueños, que tantos desvelos ponemos en el bienestar de nuestras queridas mascotas.
Pues bien, Rubén, tras la revisión de Yina, quería saber si yo había considerado la intervención de la perra para esterilizarla. Y la cara que debí de poner fue tan elocuente de mi desagrado, que él comenzó un “speech” sobre la “medicina veterinaria preventiva” con fundados argumentos y también con gran sensibilidad consiguiendo que mi disgusto desapareciera, aunque no mi decisión en contra.
Curiosamente, días después me llega por las RRSS un artículo sobre la “abogacía preventiva” que me hizo recordar las palabras de mi veterinario Rubén y entonces comencé a reflexionar sobre el tema poniéndome a escribir este breve post.
La idea de la abogacía preventiva está en plena difusión, precisamente por la repercusión que han tenido los diversos casos de abusos bancarios sobre los consumidores. El eslogan a modo de “medicina preventiva” impulsado desde el Colegio de Abogados de Madrid, “al primer síntoma, consulta a tu abogado” define con claridad lo que quiere decir. Esto es, antes de verte envuelto en un problema o un conflicto mayor; o para que se entienda mejor, antes de obligarte, de comprometerte, antes de comprar, antes de vender, antes de encargar, antes de firmar, etc. consulta a un abogado.
Ahora bien, algo que es tan sensato, tan aconsejable, tan beneficioso no está funcionando como se esperaría. Así que el artículo que cité antes, analizaba las causas. Y entre esas causas mencionaba una que me parece fundamental y que además relacionaré con los servicios de mediación y de coaching.
Allí se decía algo así como que cuando tienes un objetivo a conseguir, revisas tus recursos y administras los mismos para el logro de dicho objetivo. Los recursos son los medios de cualquier clase que, en caso de necesidad, sirven para conseguir lo que se pretende. Con un ejemplo se verá con claridad.
Si una persona necesita o desea intensamente una vivienda, utilizará todos sus recursos, en este caso el dinero que tiene y el que consiga, para logar hacerse con la casa. Focaliza todas sus acciones en la adquisición de la casa, así que ¿quién piensa en acudir preventivamente al abogado para que revise los papeles?
Pues evidentemente las personas que no quieren lamentar consecuencias indeseables y que son capaces de administrar sus recursos de forma efectiva y por supuesto algunas personas de entre las que cuentan con muchos más recursos que los del ciudadano medio y por tanto lo tienen más fácil.
Así que, a la vista de que en España abunda el “poco prevenir y mucho lamentar” ¿es necesario un cambio cultural?
¿Qué pasa con la mediación?
Pues con la mediación viene pasando otro tanto, porque a pesar de sus numerosos y grandes beneficios, las personas cuando tienen un conflicto, un problema, tienen a destinar sus recursos materiales al medio tradicional para resolverlos que es la contienda judicial, a pesar de que sus resultados son inciertos.
Es importante que en España sepamos que cuando tienes un problema o un conflicto tus recursos efectivamente han de ir destinados al asesoramiento de un buen abogado que vele por tus intereses íntegramente. Cuando digo íntegramente estoy hablando de tus intereses económicos/materiales, racionales y también emocionales. Y esto pasa porque tu abogado considere la mediación como un medio óptimo para garantizar la satisfacción de estos tres tipos de intereses. Porque la mediación es un proceso, donde el abogado siempre estará a tu lado y un proceso donde tu desgaste emocional será mínimo y además garantizarás en gran medida la pervivencia de relaciones con las personas con las que tienes un conflicto, si eso es lo que deseas. Y un proceso donde no se cierra la puerta a la contienda judicial, si no es posible la solución en el mismo.
Así que la cuestión de los recursos materiales en este caso será destinarlos al abogado que te asesore y te asista primero en un proceso de mediación y si no hay acuerdo, te defienda y te asista después en un proceso judicial.
Y la gran noticia es que cada vez son más los abogados que son conscientes de esto, así que has de buscar al abogado adecuado. Intuyo que este último mensaje no calará demasiado, así que me pregunto ¿es necesario un cambio cultural?
Y como estamos hablando de objetivos y también trabajo como coach, no puedo dejar de preguntarme ¿y qué pasa con el coaching?
En los supuestos de la abogacía y la mediación, los objetivos de las personas son salir de un problema, resolver un conflicto, y lo idóneo como comenté es salir del problema y resolver un conflicto sin DESGASTE EMOCIONAL y sin RUPTURA DE RELACIONES, así que, desde mi punto de vista, este componente debería considerarse dentro del objetivo como prioritario, pero evidentemente cada persona decide.
Con los servicios de coaching, el tema de los recursos materiales de las personas, a priori, no deberían presentar problemas, es decir, podríamos pensar que las personas en cuanto quieren lograr un objetivo, invierten en los servicios de coach, pero no, señores y señoras, esto no es así de simple.
En España, cuando una persona tiene la iniciativa personal de acudir a un proceso de coaching (y no me estoy refiriendo a los servicios de coaching que se contratan por las empresas para sus mandos o trabajadores, porque la iniciativa parte del empresario), normalmente es porque ha llegado al hartazgo de su malestar en cualquier ámbito, ha entrado o está entrando en crisis porque se resiste al cambio necesario, está “al borde un ataque de nervios”, ha tropezado cien veces con la misma piedra y los resultados son pobres o deprimentes, o bien ya tiene cierta conciencia personal tras experiencias dolorosas y sabe que con el coaching puede experimentar un crecimiento personal, relacional o profesional sorprendente… Es decir, casi siempre hay sufrimiento personal que se refleja en las relaciones, en la empresa, en el negocio, en el puesto de trabajo, en el matrimonio, en la educación de tus hijos y un largo etc.
Si sabemos que el coaching es una metodología excelente para activar lo mejor de las personas, los mejor de los profesionales, lo mejor de las empresas y de los negocio…podríamos también estar hablando de un coaching preventivo que te evite las situaciones que menos deseamos y que he comentado.
Así que, te pregunto y me pregunto ¿es necesario un cambio cultural?
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